TEXTOS / ENSAYOS

Esta sección reúne escritos que acompañan mi práctica artística: reflexiones poéticas, ensayos cortos y textos curatoriales que dialogan con mi obra visual.  

Son fragmentos de un solo proceso: pensar la pintura desde dentro, habitar su silencio y permitir que las palabras emerjan con la misma lentitud que la forma.

EL ARTE COMO PUENTE HACIA LO PROFUNDO

La experiencia humana a menudo trasciende lo que la mente conceptual puede comprender plenamente. Nuestras emociones y percepciones surgen de niveles más profundos de nuestra mente, superando los límites del pensamiento racional ordinario. La pintura ofrece un espacio diferente: un modo de acercarnos a esas vivencias, más allá de las palabras, permitiendo sentir y expresar aspectos más sutiles de la existencia.

EL SENTIDO DEL VACÍO

Pero aún en la espesura de la noche, las siluetas insinúan un rostro, una puerta, un camino que espera ser visto. 

No todo lo que es negro es vacío. No todo lo que es blanco es luz.

¿Qué harás con este misterio?

ESPACIOS INCIERTOS

Trabajo con lo latente, lo que la consciencia ha dejado atrás, pero el cuerpo aún recuerda. Mi práctica es una búsqueda constante en esos espacios inciertos donde la memoria y el tiempo se entrelazan.

PERMANENCIA

Sobre la superficie, un recuerdo se posa como polvo de aire. Ni pasado ni presente, solo un instante que insiste.

DONDE LA MIRADA SE DETIENE

En la sombra habita una forma de claridad, un espacio donde la mirada se vuelve lenta y aprende a percibir con atención.  

La luz directa revela, pero también interrumpe. En cambio, la penumbra permite que las cosas respiren, que el contorno se vuelva poroso, que lo visible dialogue con lo que permanece oculto.  

Pinto desde ese umbral donde la luz no ilumina, sino que escucha. El negro no es ausencia, sino profundidad; el blanco, una pausa que deja pasar el tiempo.  

Entre ambos, la imagen se sostiene como un hilo de aire, sutil, casi intangible, esperando el instante en que la mirada se detiene y deja de buscar.

EL DIÁLOGO INFINITO

La pintura es más que una imagen, es una respiración, un intento del silencio de volverse eterno. 

Y de repente, mientras miras, te ves a ti mismo, en tu luz y oscuridad, en tu caos y calma, en tu abismo y tu verdad.

RESQUICIOS

Entre la luz y la sombra, aparecen pequeñas grietas: ecos de un gesto realizado, una huella que se desvanece.

EL LENGUAJE DEL ALMA

Siempre he sentido que el arte es el lenguaje del alma. Nos conecta más allá del tiempo, la cultura o el idioma. Nos recuerda quiénes somos, de dónde venimos y todo lo que podemos imaginar.

MATERIA Y SILENCIO

En la obra de Felipe Schiffrin, la materia no se impone: se retira. Lo visible emerge desde la contención, desde un gesto que reconoce en el silencio su forma más precisa.  

Sus pinturas no buscan representar, sino sostener un estado de atención. Cada superficie parece contener un movimiento que ha sido interrumpido, como si el tiempo hubiese encontrado allí un punto de suspensión.  

El negro y el blanco, sus polos esenciales, funcionan como campos de resonancia. Entre ellos, la imagen se vuelve frontera, aliento, trazo que se disuelve. Hay una tensión entre aparición y desaparición, entre la densidad del pigmento y la transparencia del vacío. 

Su práctica es una meditación sobre la percepción: cómo ver sin nombrar, cómo escuchar la materia antes de que adquiera sentido. En esa quietud, la obra se abre como un espacio interior, donde el silencio es el lugar donde todo comienza a revelarse.